Hace dos días hubo una tormenta tremenda en mi ciudad. Una tan grande que un rayo cayó justo al lado de mi edificio. Nos despertó a todos, creo que a media ciudad en realidad, y nos recordó que hay muy poco que podamos controlar.
Si estuviéramos en la antigüedad, habríamos salido a hacer un sacrificio a los Dioses, para que dejasen de estar enfadados con nosotros. Muchas cosas han cambiado desde entonces, otras no tanto.
Mientras estaba en misa, cayó otro rayo, y todas las luces se apagaron. Fue emocionante, y por un momento, me dejé llevar y pensé que, como a Moisés, Dios nos estaba hablando. Todo esto forma parte de ser: sensible, creativo y espiritual, y es fantástico. Probablemente pocas personas en aquella iglesia, disfrutaron tanto aquel rayo como yo. Es lo maravilloso de tener una cabeza diferente.
Por lo demás preparándome para el inicio del curso. Muchos ajustes y comienzos, y asociados a ellos, nervios e inquietud. Pero la vida es cambio y el cambio es lo que nos permite crecer y mejorar. Si no lo haces, si no fluyes, no vives.
Porque ahí fuera esta;
La meta que deseas alcanzar.
El sueño que quieres lograr
Aquel monstruo al que quieres vencer
La respuesta para los que te dijeron que "no podías"
Solo tienes que respirar, enfocar, y volar.
jajaja.Tienes razon, hay sucesos que no se pueden controlar.Son espontaneos y por lo tanto emocionantes para quienes podemos percibirla como tal. Y lo maravilloso de todo es que nuestra mente siempre intenta darle un signficado especial.
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