Vosotros no podéis escucharlo, pero ahora mismo, está sonando un coro que entona "Zadok the priest" de Handel, (para los profanos la música de la Champions sin arreglos).
Ayer publiqué mi libro El invierno de los fresones en Amazon. ¡No quepo en mi de gozo! Tras un año trabajando en él, ayer lo dejé suelto, y ahora vivirá su propia vida.
Este libro me gusta porque supone una evolución. No solo porque tiene más de 600 paginas, sino porque su trama es mucho más densa y compleja que la de mis dos primeras novelas.
En los últimos siete años he escrito sin parar, casi cada día aunque fuera solo un poco, y empiezo a estar satisfecha con los resultados. ¡ojo! no mucho que soy perfeccionista al extremo.
Me ha dado mucha fuerza el premio de "La fragua del trovador", y empiezo a notar una madurez en mi modo de escribir que comienza a gustarme.
Como os dije hace poco, escribo lo que me gusta, pero eso no significa que no me esfuerce por pulir mis defectos y mejorar.
Ahora que he terminado con esta historia de Reyes, reinos, traiciones y guerras, voy a ponerme con algo que quiero terminar para junio. Es una pequeña obra, no tendrá más de cien paginas, pero la dejé a medias cuando Silvana de Eslabón irrumpió en mi vida una mañana de Marzo y quiero retomarla.
Muchos besos de letras para todos, y gracias por estar ahí al otro lado.
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