Me habéis recriminado que no escribo a menudo en este blog y debo daros la razón. Quizá lo hago porque os suelo contar las cosas que leo, y últimamente no leo nada. Pero no penséis que he perdido mi amor por la lectura, que ni mucho menos. Se trata más bien, de que cuando escribo, no leo nada. Es una cuestión mía, de no contaminación. El año pasado entre una cosa y otra no escribí ningún libro. Participe en varios concursos de relatos, pero no terminé ninguna de las obras largas que comencé.
Fue un año complicado por motivos personales, y digamos que tuve bastante con pasarlo.
Ahora me he puesto manos a la obra, y llevo casi dos meses enzarzada en algo que me gusta mucho y pienso terminar. Se me ponen en contra los elementos: navidades, vacaciones, gripe. Pero pienso terminarlo para Mayo como mucho. Parece mucho tiempo, pero como suele volar, al final no es tanto.
Hace poco estuve en un curso, que no tenía que ver con escribir, y que me activó la imaginación. A veces ocurre. Tomé notas y tengo otra idea para después de este libro. Así que me ocurrirá como siempre: o no escribo, o publico dos en un año.
Tengo los dedos de manos y pies cruzados para que salga algo que hay en proyecto.... ¡supondría un cambio enorme!
Viendo OT hace unos días y los cantantes que pasan por la academia, me daba cuenta de que soy como ellos en cierta manera. No tengo una "multinacional" que me apoye y me tengo que buscar la vida. Aunque pensándolo bien, lo de los escritores es mucho peor. Los cantantes pueden crear un canal de Youtube y hacer su música. A veces pienso en crear un canal para mis libros y leerlos por capítulos ¡Es una locura! Lo sé.
Ignoro como se sienten los músicos, pero la crisis de los libros es un horror. A mi me alucina ver lo mucho que han cambiado incluso los libros de niños. Los míos tenían un montón de letra, ahora ponen cuatro cosas. Para alguien que ha sido tan feliz leyendo, es difícil de comprender, pero supongo que es el signo de los tiempos ¡Aunque no me resigno!